El vínculo temprano: la primera historia que escribimos en la vida de nuestras hijas e hijos - Método MOI
- Inlaza

- 9 sept
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 14 oct

Cuando pensamos en el desarrollo de un niño, solemos imaginar que empieza en el momento del nacimiento. Sin embargo, la relación con los padres (especialmente con la madre) comienza mucho antes.
Durante el embarazo, la madre no solo gesta un cuerpo, sino también una idea del bebé: fantasea con cómo será, cómo se comportará, cómo se relacionarán… lo que va construyendo un primer guion.
Ese primer “guion interno” se convierte en la base sobre la que se interpretarán después los comportamientos reales del niño. Es decir, lo verdaderamente importante deja de ser el comportamiento en sí mismo, y pasa a ser el significado que damos a aquello que está pasando.
Por ejemplo, un llanto puede ser entendido como una llamada de ayuda, como una forma de manipular o como un simple reflejo biológico. La interpretación que hagan los adultos influirá en la respuesta que den ante la demanda del bebé. Estas respuestas no dejan de ser las primeras interacciones del recién nacido con el mundo (que conoce a través de sus padres) y, por tanto, van moldeando progresivamente la imagen que el niño construye de sí mismo y de su lugar en el mundo.
A esto, en psicología, se le llama Modelo Operativo Interno (MOI): una especie de mapa emocional que ayuda al niño a anticipar cómo serán sus relaciones y qué puede esperar de los demás. Lo importante es entender que el vínculo afectivo temprano actúa como una especie de “suelo” sobre el que el niño va creciendo. Cuando un niño se siente acogido, comprendido y querido, gana confianza y seguridad en sí mismo. Esa sensación le acompaña y le ayuda a relacionarse mejor con los demás a lo largo de su vida. En cambio, cuando un niño no encuentra esa base de seguridad, puede entrar en un círculo difícil: sus intentos de buscar cariño no siempre son bien recibidos, lo que aumenta su frustración y complica la relación con los demás.
Por todo esto, es importante que los padres puedan contar con apoyo desde el inicio: para mirar su propia historia, entender cómo influye en la forma de criar y, sobre todo, conectar con las necesidades emocionales de sus hijos. Los primeros vínculos no marcan para siempre todo el futuro de un niño, pero sí escriben las primeras páginas de su historia.
Os explicaremos como acompañarles de la mejor forma posible en nuestro próximo Blog.
Atentamente, Inlaza.




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